Cuarto día en el cole...
La hora exclusiva de hoy la hemos utilizado para preparar material, cambiar las actividades de ayer por las de hoy en los pictogramas, poner el menú de hoy en el comedor...
Hoy, como el profesor de educación física está de baja, los chicos no han tenido su sesión de educación física ni la de piscina que tienen programadas para las dos primeras horas de los jueves así que hemos utilizado estas dos horas para trabajo en el aula. Cuando hablo de trabajo de aula me refiero a trabajo realizado con estímulos visuales, táctiles y sonoros debido a que los alumnos no son capaces de realizar trabajo autónomo; aprovechando que el colegio está trabajando sobre el proyecto de los continentes hemos comenzado a realizar el mapa de Europa con papel continuo, rotuladores y ceras.
Los alumnos que están mi clase no han podido participar en esta actividad, únicamente les mostrábamos el papel y les indicábamos cuál es España para intentar conseguir que asocien el país a ellos mismos, es decir, al lugar en el que viven.
Como siempre a partir de las 11 hemos comenzado con los desayunos y los cambios para después ir al recreo.
La hora del recreo también es interesante ya que puedo conocer más casos de alumnos que están en otras clases; además, hay algunos que pueden interactuar con nosotros y tengo la posibilidad de aprender más sobre otros trastornos. Me llama la atención el caso de dos hermanos que tienen afectado el sistema motor pero pueden caminar solos, uno de ellos (el más grande) está más afectado que el pequeño y necesita la ayuda de un andador pero no tienen más dificultades; son capaces de comunicarse con los demás a través de gestos, sílabas, onomatopeyas... y son muy inquietos. ¡Nos alegran con sus trastadas!
Hasta que ha llegado la hora de la comida hemos seguido con el trabajo en el aula pero, esta vez, hemos sentado a una de las alumnas en la mesa para trabajar una ficha de colorear y, así, poder comprobar si es capaz de garabatear o colorear. El resultado ha sido que la alumna si es capaz de colorear pero con la ayuda de un adulto ya que si dejábamos la cera a ella sola, tenía el instinto de llevárselo a la boca como hace con todos los objetos que manipula. A pesar de que ella no puede conseguir realizar esta actividad sola, me ha resultado muy gratificante poder ver que, por lo menos con ayuda, sí es capaz de conseguir pequeños resultados.
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